*Prohibida su reproducción sin la autorización de la autora
Con mi querida "PEQUE"
POEMAS
ALZHEIMER
(A mi madre, enferma de Alzheimer,
durante 11 largos años)
La belleza, la inteligencia,
sometidas, sumergidas,
en lagunas oscuras
sin posibilidad de un mañana
Sus ojos
en otro tiempo
resplandecientes de luz,
fueron interrogantes silentes
del día a día, ausentes
Su voz
acariciante melodía
que aconsejaba y guiaba,
fue acallada atrozmente
en laberinto sin salida
presagio del amargo final
Sus manos suaves
cálidas como la seda,
se transformaron en palomas abatidas
sin posibilidad de volar
Su sonrisa
¡Dios… su sonrisa!
Acogedora y amante,
despejando dudas y malos humores,
se rompió en mil pedazos
al no poder soñar.
Isabel Miralles
9-1-2006
REGALO DE AMOR
Estaba triste la luna,
ociosa, callada,
oculta tras una nube
sin sueños, ni esperanza
andaba taciturna
sin brillo, apagada,
alma errante constante
entre luceros
y estrellas fugaces
en una noche
primeriza de verano,
entre rosas y azahar
música y romance,
su alma se reflejó
en unos ojos color azabache
peinaba el lucero
plateadas canas,
sonrisa acogedora
y verbo
de mil versos soñados
las miradas se cruzaron
las palabras se bebieron
los pensamientos se regalaron;
hicieron pacto de amor eterno…
cada uno en su espacio
cada uno en su reino…
y un solo corazón para dos
la luna ya no está triste
el lucero es su razón;
los dos viven en silencio
este gran regalo de amor.
Isabel Miralles
23.10.2009
++++++++++++++
Me siento tan solo como un hombre sin hombro
Desde mi ventana
frente a nadie
yo te miro en silencio
sin decir nada
ya lo sabes
estoy solo con mi soledad
en mi soledad
hay mucha gente que me rodea sin fines de lucro
sólo me siento tan solo
como un hombre sin hombro
yo te miro desde mi soledad
pero cuando te veo hablar con el viento
me convierto en un niño triste
en busca de su madre
Youssef Rzouga
Miércoles el 15 de septiembre de 2010
**********
Actualización de estado
De Jonás Villarrubia Ruiz
A mi contraria
Caen gotas, tan alejadas en el espacio que ninguna es gemela. Quizás son robadas de alguna nube desamparada que ya cansada de guardar lágrimas de cielos grises, se viste de noche y se vacía de ese peso y nos lo regala.
Algún misterioso evento hace que los brazos del sol las atraviesen de luz en su camino a mis ojos y confiesen a éstos sus secretos, que quedan escritos en el firmamento con un código de colores. Un arco de caminos multicolores señalan lugares que quizás nunca visitaré, allá donde nacen los iris. Quizás sea verdad que indiquen un tesoro que no sepamos valorar. Es tan precioso el vestido del que se vale el cielo para ese prodigio que las nubes se me asemejan a lirios coloreados por los rayos solares.
Las gotas caídas quedan quietas en las rosas que cuido. Me miro las manos, y también se han humedecido. Imagino feliz que en ellas las gotas de lluvia aún guardan esos colores del iris.
Se ha levantado el viento: leve, sumiso, acariciante. En sus lomos trae el aroma de cipreses, aroma de pino, espliego y romero. Cierro los ojos y me imagino un tranquilo desfilar del agua por entre los dedos de mis pies que harto secos se humedecen de un virtual torrente que baja desde mis parpados. En esa guisa: mirando aún ciego al cielo, con las manos extendidas y llenas de lluvia, descalzo e inundado mi cuerpo del aroma que trae el viento, me llega la imagen de cuando tú y yo somos uno. Feliz siento que mi universo ya está completo.
Jonás Diego
1-03-2013
************************
DECIRTE
Decirte que me gustas es insuficiente
y decirte que te quiero no me llena,
nada me alcanza,
mi tiempo, que no tengo, es tuyo
... y te llevo en volandas, a la carrera de mis prisas,
te llevo a galope de mi tiempo,
en mi, conmigo, dentro,
estás... simplemente estás en mi.
Hendida,
varada,
pertenecida,
abierta...
Crisálida que anidas mis deseos
que serás la mariposa de mis dias
en el polen de mis sueños
te contemplo
y espero alcanzar la llama en que me queme
para escoger tu aliento,
ese abrazo eterno,
compartiendo juntos
tu cuerpo y mi cuerpo...
Joan Mateu
26-02-2013
********************
La gata herida
La gata
camina sigilosa por las calles,
recorre los tejados, los balcones
anda despacio, precavida,
temiendo ser lastimada… otra vez
no busca dueño
ni casa,
sólo un lugar cubierto
donde poder resguardarse
y, en silencio,
curar sus heridas
pero la lluvia no cesa
le cala hasta los huesos
inundándole hasta el alma
y la lluvia
sigue y sigue…
Isabel Miralles
13-11-2008
************
Fotos Yanina Hinrichsen (c) Londres julio 2011
SILENCIO
Escuchó el amanecer poblado de luna suave. Durmió la siesta como un día cualquiera. Y se estiró por el aire tras de cazar abejas. Las penas ya estaban olvidadas. Murió una tarde plena de verano cuando estaban por celebrarse sus 19 años.
Reemplazó tantas cosas. Desde aquellos recuerdos que me acompañan cuando me quedo sola. Mi secuestro a los 4 años en las Sierras de Córdoba. Un hombre alto, delgado, de traje oscuro y sombrero, interrumpió mis juegos solitarios en el hotel de Tanti al preguntarme si me llamaba Martha. No, no, le dije con molestia. Soy Martita criolla sin hache de Zabaleta. ¿Querés ir a ver los pescaditos de colores en el Embalse*, Martita?
Y emprendimos el rumbo. Tomada de su mano, iba primero conversando y saltando. Pero más tarde, ya muy cansada preguntaba incesante ¿Cuándo llegamos? Las montañas de azul profundo ponían siniestro telón de fondo y mi soledad se volvía cada vez más negra. Al fin, las luces de un auto. Policías y mis padres la relajaron. Expliqué que no era malo excepto que me inquietaba caminar tanto, en sentido contrario.
En mi jardín hay ahora un pescadito menos. El que durmió la siesta con los ojos abiertos descansa entre flores del tiempo en el mágico ciclo de perderse en la tierra. Un pájaro nos canta.
Marta Zabaleta, 5 de julio 2011
* Embalse de Río Tercero, Valle de Calamuchita, Córdoba, Argentina
Supongamos que usted una mañana se despierte,
se siente en el borde de la cama,
se mire el cuerpo,
se estire como un gato
y apretándose el riñón con su índice
diga bueeéh...!
Supongamos que una mañana usted se despierte...
poeta.
Supongamos.
Que deposite una gota de esternón
sublingual,
confine el regreso de un deseo
y frente al ingreso ventanal del sol
se hamaque.
Que levante las cuatro sotas que dejó tiradas anoche,
le recorte los tacones
y al periódico del día lo salpique
con matecocido y porfía.
Que le den ganas de dibujar bocas y zapatillas,
dejar escapar todos los adjetivos por las mirillas,
perseguir en paños menores a la metáfora menor
por toda la casa.
Supongamos que de repente se le aparezca la letra jota
¡minúscula!
y aquella vieja historia de la música
secrete.
Que los sedimentos sedimenten,
los nutrientes refrigeren,
los amores platonicen,
los perdedores ironicen.
Digamos... que a usted no le interese más otra cosa
que la semilla,
el desentono,
quebrar el semen.
Querrá fatigar el suburbio
si devino poesía,
resoplar su potrillo,
destemplar.
Vamos a suponer que sale a la calle en puntas de pié,
que salude cortesmente a una señora con sombrero.
"Buon giorno"
y en vez de una flor le obsequie un soliloquio.
Por un momento, supongamos
que al doblar la esquina del buzón
vienen a su encuentro Alejandra Pizarnik del brazo de
Julio Cortázar,
lo besen como a un viejo cómplice
y se vayan los tres abrazados hasta la última mesa
de un bodegón malhablado
a describir, muertos de risa,
el rechinar de los pecados
que pasan
en fila india... uno a uno...
sin desmudarse.
Piénselo.
Una mañana desatinada
usted debería suponer.