MARTA RAQUEL ZABALETA

 

"Paulo, vestido de arlequín". P. PICASSO. 1924

 

 

Nacida en Argentina en el campo santafecino, siendo Contadora Pública y Perita Partidora ( 1955-1960), en 1963 se traslado a Chile a proseguir sus estudios ya iniciados (1963-1965), se radicó y tuvo una bella hija, Yanina Hinrichsen ( 8-1-73). Exonerada el 11 de septiembre, luego fue presa repatriada el 5 de octubre de 1973 cuando era ya Profesora Titular de Economia Política y Desarrollo.


Esposa de un colega secuestrado y por cuatro meses “desaparecido”, fue obligada a dejar el pais el 15 de noviembre de 1976. En Escocia tuvo a su hijo Tmas Hinrichsen, y en 1989 fue escogida por la BBC
“Hija de Simone de Beauvoir”.

Ese año obtuvo su DPhil en Development Studies, IDS, Sussex University. Feminista desde su infancia y socialista utópica desde la adolescencia, se ha destacado como escritora de temas que afectan de manera especial a las mujeres.


Es autora de numerosos trabajos sobre temas tan distintos como son la educacion para la reforma agraria, los mitos de Lady Di y de Evita, cine latinoamericano, la traducción en manos de mujeres, y conciencia política de genero de las mujeres ( y hombres) de Argentina desde 1810 al presente, su exilio, sus memorias, etc.

Ha publicado extensamente en Polonia, Alemania, España, Canada, USA, Brasil, Chile, Argentina y el Reino Unido. Funda y lidera seis redes internacionales que operan como una universidad para graduados/os en los temas de sus especialidades e interes.

Es asesora de CHANGE, CEISAL y CARA, corresponsal de la radio FM del Mar, Senior Lecturer de la Middlesex University y buena vecina de la Epping Forest, Londres.

 

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POEMAS NUEVOS

Fosas comunes de huesos incontables



me llevaron los pies sin preguntarme
a ese lugar que juntó tu tristeza
y puedo estar contigo acompañada
de muertes mal habidas en madrugada
y apagarme
cada vez que el sol me anuncie que es mañana.




pero mis labios aún murmuran tu nombre
el rocío salpica de gotas por tu rostro y tu sonríes
mientras mi ser se pliega, ciego y mudo, te recuerda
jugando con tu perro esta mañana.

Marta Zabaleta

 

*****

FRAGMENTOS SIN COLOREAR


La lluvia
insidiosa
interrumpe en el techo
mi sueño mañanero

Al despertar,
moría.

Arribé así a Sarajevo
desconociéndome, como si ya no fuera
de los tíos Jakas
la sobrina del Plata. No bastaron
para tranquilizarme
muchas más horas ni los sueños
que inoportunos
me trajeron
a saludarte. Te encuentro ciega.
Atendida por tu hermana
ya muerta
y la enfermera que excitada me explica
que te han retocado la cara,
(sin querer, la sonrisa)
con el láser a la vista.

Me alarmo y casi me despierto
cuando entra un hombre bello
de pelo largo y perfil de Guevara
que ha venido a ofrecerme un té:
¿con leche?
¿con limón?
¿claro?
¿oscuro?
¿argentino, chileno, danés, o yugoslavo?

No, escocés,
si, gracias, hijo, apenas
un redbush africano
servido en tacita
de te inglés
a media tarde. Dormida
hasta el hartazgo.
me asomo a la ventana, y es de día.

Epping, 19 de enero 2009

 

*****

Colibríes en los corales de Itaparica

 

Duermes, y tus ojos

apenas velan

la confluencia de todas las acequias

el ruido de la cigüeña cuando baja sobrevolando el nido

la catarata de los desvelos inanimados en las carótidas lejanas

el viento de las calandrias hasta que pongan huevos

la febril acechanza de los puercoespines

modelando bajo el sol un requiebro de púas erizadas

y una cola de cangrejo alcoholizado,

tres barriletes al garete

cinco piedras de río

siete barquitos de colores

una brizna de hierba que cruza la pendiente zambulléndose como pato en la olla

un colibrí jugando a las visitas y

muchos pájaros

vecinos de tu sueño

en este atardecer sin escarapelas en el pecho

ni rubor en las piernas ni grito

en la garganta del suicida.

Las pobladas sin tierra y el bosque tropical

tapizados de monedas de oro de los jesuitas expulsados

las tortugas comiéndose los sesos

antes de perder el rumbo para siempre

un bebé tiburón que juega a ser anguila

y mi voz

enmudecida

para que no despiertes

hasta bien entrada la mañana.

 

Marta Zabaleta(c) 26-1- 2007

 

 

Borrachera de hastío

  Dedicado al chinito, montuno

 

Quisiera
esa mansedumbre brutal de los vacíos que se entremezclan:

me liberan.
Libo el vino y canto a la salud del patronímico que enrostra en su garganta frío y caliente, gargantúa de Oriente, un orgasmo de libélulas y grillos, valga

en su estertor la primavera.

Baile de los encajes azules, de las medias mustias, de la madre adolorida, de la nana sin llagas, valga.

 

 

Tu hombría.
La heterosexualidad debida a las manzanas. Cuerpo y figura, hasta la sepultura, me basta
una naranja. Bien pelada, azuzada de escombros y consonantes,

prima luna de verano,

verde rota de primavera.

 

Hay tres o cuatro ranúnculos, pero pueden  ser, sin embargo, pleragaragious,

sin que medie

ningún responso.
Por un canal temprano de la tarde de Wimbledon van
tus luciérnagas: el cristal, la esmeralda, la rosas del desierto, sea Khalo o cualquier otra, tuya es la comunera. Tú siempre figuras.

 

Lejos estás del momio: desdeño esas figuras, te respeto…

con tozudez, hermano, tu ritmo acompasado:

el rey
la niña 
yo
tonta.
El amo, tú amas, él no me ama.

Escucha mis libélulas: ellas sí son

rosas. Simientes,
sin agujas, puro senos y vientre.

 

No soy ni un pétalo. Soy tu sirvienta, tu ídolo incaliente, o tu espejo pantalla.

Espantapájaros yo, avispa.

Triste es adormecerte, pleno mío: CELAS
Sobre la nieve cojeo, y como pellejo de serpiente atrás, veo el río. Y más atrás,

veo tu cara y tu recuerdo. Bravo mío.

 

Tú el sirviente, yo el ama, y quinientos duendecillos en la simiente.

Renaceremos en Varsovia
aun en la muerte
juntos, trébol y alta la luna, reflejados
en el Vístula, adolescentes, amándonos,

por una sola vez, mas para siempre...

 

 

MartaZabaleta© 2 de julio 2007, Reino Unido.

 

Cuarto Capricho

 

Miedo

Es una cascada sin fibra que se derrumba detrás de la carnaza.
Un río sin paraguas.
Una espina de atún flotando espesa.

 

La insoslayable piedad de las torcazas.

                                                

Amor

  Una suma sin nombre, un olor mal parido, una receta debida. El sol
ficticio que no alumbra.

Un día más cerca de la muerte.

                                

Amistad

Una mentira que estaba a igual distancia:

Ven, estírate a mi lado, busca el vientre. ‘Busco tu sombra'.

Y en un lugar pelado, busco el miedo que se comió la almohada, como T.S. Eliot, antes de que el polvo disipe tu ombligo en la pendiente. Sacro fuego.  

                                                                                  

Marta Zabaleta©Londres,2006

Rilke anotado

 

El día me deja encapuchada en la desesperanza, una aleta de pescado me cierra la garganta, no alada, pasa el ave y la mastica. Entera.

Es el viejo regurgitar de las pestañas, la consolada imagen del becerro que nada:

en el ventarrón de proa va su mirada.

No porque sea el mío día del repudio a la tortura, ni tampoco,
porque se borren de mis lágrimas
los matices del rojo
existe
este absoluto cansancio del no ser

lo que revienta en espumas
salivándose,

 

¿Es el tiempo

una naranja parida en la batalla?

Y se me escapa, se ya yendo, se ha ido, con su sonido falso, el día de mi nombre,

mi pensamiento va contigo, para estrecharte fuerte, y desearte millones de cantares Y ninguna

 

muerte. Mi última estela.
El cormorán asido de mis alas.

Marta Raquel Zabaleta.

A tu salud, poeta

 

Epping, 26 de junio 2007

 

 

****************

LA FLOR DE LA CEBOLLA

 

 

Me aspiré esta mañana
con perfumes de anémonas y
esponjas.
Me miré en el espejo
pero antes de hacerlo
cerré un ojo.

Trataba de entender quién soy
y quién me creen las otras
después de haber leído el único cable
que me por suerte ha llegado.
Allí dicen que soy
una mujer madura,
muy interesante,
con una vida que contar,
y así ... me recomiendan...

Pero entonces me dije, aun sin animarme
a preguntarselo al espejo: pero como
¿entonces no soy mas aquella?
No son estos huesos que me agobian
nada más que la carga presentida
ni el dolor en los ojos
más que en mi mente corazas
inventadas de la muerte?

Había una vez un amigo que me dijo
que tenia dentro de sí a un hombre flaco
Ese amigo era, como yo, mofletudo y
de peso más bien sobrepasado.
Mas recordándole, he llegado a decirme
Que es lo que tengo dentro de mis músculos gastados?
Un hombre flaco /
una mujer delgada /
una flor seca /
y le pedí al espejo que me dijera
si soy una cebolla, con muchas capas.

Luego, me vertí en el campo y en desnudo
le soplé al viento. Me saqué
todas la capas de adelante
abandoné lo espúreo y diletante
y puse una capa de olvido
y otra de distancia
entre el amor y el arte.

¿Y por mí, quién llora ahora? ¿ Mi juventud,
mi cara, mi esperanza?
No, oigo su voz, vuelvo a la casa, la busco por debajo de las cajas con
libros
y hay mas capas. Suciedad y estafas.
Abro la maquina, las pongo adentro, la hecho a andar,
y así me quedo, desnuda y en mi casa.
Me falta el baño. Y a saltarla
Mirar a mis pies y decirles
gracias
y tratar de arroparlos.

Comprobar la hora,
y mientras salgo al jardin
buscando donde crece
esa flor de cebolla
que ha de hastiarme
con perfumes de anemonas compradas
y un porvenir de camelias y de rosas.
sembradas por mis manos

No llores hoy por mi,Inglaterra.
Llora mañana.

En transito, lunes 24 de abril, ESSEX

y tratar de arroparlos.

Comprobar la hora,
y mientras salgo al jardín
buscando donde crece
esa flor de cebolla
que ha de hastiarme
con perfumes de anémonas compradas
y porvenir de camelias y de rosas
sembradas por mis manos.

En transito, lunes 24 de abril, ESSEX

 

 

 

SONIDOS M. 1


-Para el Dr Robert Gurney-


El piar

de los pollitos

al nacer


el canto

de los búhos

en la noche

la lluvia

cuando caía

y mi madre me decía

recuerda, martita,

a todos los niños

que son tan pobres

que no tienen

ni un techo


la bocina

del auto

de mi padre


el rebuzno del burro

que me llevaba un día

en Córdoba

y casi nos caímos

al rio

el ruido

de la escopeta

de mi papá,

cuando íbamos los domingos

a cazar, solos

el chirriar

de la grasa

en el carbón del asado

cuando volviamos


el graznido

de la urraca

que se robaba

las alhajas

de mis muñecas

cuando las limpiaba



el de las alas

del carancho

que se robo

mi perrita

al soltarla

sobre las brasas


el último

de los ladridos

de uno de mis perros

que mi padre...

y el sonido del revólver


la voz

de Eva Peron

en el radioteatro

prohibido

el ruido

del arroyo

en días

de inundación

y el silencio

de las mojarritas asustadas

el pito

de la locomotora

del tren

antes de entrar

en el puente ferroviario

otras voces de niños
del coro de mi madre
y el eco de su voz.

c) Marta Zabaleta, Jueves Santo 2005, Cornwall .


 

LO QUE YO MÁS AMO

Tendí las arenas en tu playa
para que por tus venas pasaran mis misterios.

Tendí en mi cama
las sábanas
para escuchar el ritmo de tu cuerpo.

Tendieron las velas los barcos solitarios
se estrellaron las olas en su cansancio

Y cuando nieva
el río se silencia y vuelve escarcha

Mientras tanto
adentro mío tu mirada vive, muy intensa,
amorosa y cada vez más pura, la beso y me despiertas.

Marta, Epping lejano, 4 de mayo, 2004.

 

 

MUERTE INSATISFECHA

Cuando la luna reposa sobre las dunas
sueltas el alma entera, lames la espera toda.
Agazapada, te conducen las olas
te siembran en la ruta de la nada
Y tu melena blanca
le regalas al viento

Será como una sombra, mutilada?
Será como una alforja, rota?
Será una serpiente, un vértigo, una empanada?
Será como una esperanza derramada?
Será mi vértigo una fiebre
el dolor de mi frente
lo pendiente
de mi vida? será así
Así será la muerte. Dulce.
Como si fuera de este amor la fuente.

Marta Zabaleta, 29 de dic. 2003.


 

AMANECE

cuando duele
el corazón se puebla
con luces redondas
un palpitar de sirenas
y una sonrisa de agua
se rompe
como huevo en la rama
sonríe
como el sol mañanero
que alimenta el establo
con la pujanza ajena
se derrite en pedazos
y en el mar se arroja.

Marta Zabaleta, Epping, 4 de septiembre, 2002

 

 

 

AMANECE CON SOL EN LONDRES


4 de septiembre, 29 años despues de la victoria popular en Chile.

Para Norita Strejilevich

escucho
como cae la risa
sobre
una losa blanca

 

FUEGO EN EL MONTE

Me despierto. No te encuentro.
Fuego en el dia, fuego en la noche.
Se necesitaria una selva
para apagar tanta pampa.

Pero hubo un oasis.
Fue como un sueño que se evaporó tan fácil
Jugué a esconderme
y me encontraste,
pero no lloré una gota
ni me dijiste basta
cuando salió el arcoiris
y te besé en la boca.

Jugaban en el aire las mariposas
mientras el tártaro besaba a la abuela.
tal vez ese dolor me venga
porque nací en el campo
donde los tártaros existían
sólo en los sueños de hadas.

Amsterdam, 6 de julio 2002

 

 

AMOR AJENO, MUERTE Y TRANSFIGURACIÓN

Montuno: hoy descubri que el cielo es un espacio / que te toca.
que la lluvia se posa en tu silencio / que me besa.
Que mi alegría abre tus ojos y tu bigote baila en la luna.
Chinito: hoy te abri un libro de poemas: me acuesto en tu susurro, y en su suspenso, duermo.

Londres, día del padre, 2002, en respuesta al Chino

 


PALABRAS

Sobre el silencio tibio de una tumba
escriben tu nombre mis palabras.

Mientras sobre la gravedad impertérrita
los hombres miden su importancia.

Me aprovecho del ruido
y del silencio
y en la sombra de la velocidad me escondo
para verte dormir hasta mañana.

Con los dedos del alma
acaricio tu boca
mientras en tu oido desgrano
un carnaval de notas.

 

 

POEMA SEIS.

La mañana se desviste
sin ojeras.
El horizonte azul
esta de gala.
Un dios desnudo
muy solo
camina hacia la hoguera.

 

Para Miguel, de Marta, 11 de sept.de 1973


una gota
palpita
en la nevera

un ruiseñor
despierta
en una rama

una figura
anónima
abre la aurora

sus palabras
penetran
en la sangre

la esperanza
deshilachada
se expande

sus dedos
cuentan
las estrellas

en la ciudad cansada
los recuerdos
arden

la humedad
empaña
al viento

el muelle
dormita
en la distancia
y
una
oculta
voluntad
esquematica
ambivalentemente
compulsivamente
tiernamente
despierta
oprime
m.a.

 

 


CAMINOS EN EL BOSQUE

 

Hay un cielo
una nube roja
una luz que se asoma
y una mujer
que se duerme
y que te nombra

hay cuatro hijos
un sol
una sola esperanza
anochecida
que el amanecer
desgrana.

 

Marta Zabaleta




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